Tres muestras
28/03/2014 - 25/04/2014
FUNDACIÓN LEBENSOHN
Gral. Hornos 238, Ciudad de Buenos Aires
VESTIGIO de Guillermo Anselmo Vezzosi; DESMESURA de Mauro López y DE NUESTRAS BOCAS SÓLO SALE LA VERDAD de Juan Miceli
Inauguración: viernes 28 de marzo, 19hs.
Horario: lunes a viernes de 14 a 19 hs/miércoles de 14 a 18 hs.
Entrada libre y gratuita.
Sala I
VESTIGIO de Guillermo Anselmo Vezzosi
Partiendo desde el centro de la sala, la obra se ramifica en varias direcciones expandiéndose a diferentes alturas. El color es su característica principal.
El tejido buscará generar recorridos en su interior para que el espectador pueda relacionarse directamente con la obra.
La obra se encuentra colgada por medio de tanza (nylon transparente). El material con el que el artista trabaja hace posible que el peso de la obra no sea un aspecto que dificulte su instalación.
Texto curatorial :: Marcelo Olmos
“Guillermo Vezzosi es arquitecto, y desde los orígenes de su formación la línea ha sido casi una obsesión, un juego, excusa para armar y desarmar, para búsquedas y partidas. Cuando fatigó el plano con sus intrincados laberintos de líneas en grafito, asumió el color y casi la apariencia de un relieve geomorfológico cubrió el plano. Laberintos complejos llenaron las posibilidades de lo bidimensional. No fue suficiente. Ahora para Vezzosi la línea debía jugar en el espacio, desprenderse de la bidimensión y avanzar. Vinieron entonces otras obras, cambiantes, que extendían sus líneas y se entrelazaban buscando despegar del muro, sumar espacio, crecer con colores, con nuevas posibilidades de materialidad. El resultado es una obra en constante mutación, que dialoga con el espacio y cambia, se adapta, lo incorpora. Y la simple línea ya no solo entrelaza, ahora se trasforma en un tejido que cubre, dialoga y equilibra el espacio donde se instala. Vezzosi ahora establece otros puentes y suma nuevas propuestas, para los que necesita ir agregando a su obra el lugar disponible, el espacio donde se instala y allí se transforma en el proceso del montaje.
Con orgánica calma, la obra de Vezzosi se propone no ser estática, quiere ser diferente en cada lugar donde esté presente y para ello adapta, suma, teje, propone, situaciones que cambian en cada lugar, en cada fecha nueva y en cada ciudad donde llega.
Y si hay algo que no posee, es dejar indiferente al observador, porque este tejido mutante llama, invita y suma las expectativas de sus visitantes, los invita y los roza estableciendo contacto, mostrando posibilidades, permitiendo que cada uno pueda en sus propias visiones medir la obra e interpretarla a su manera”.
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CV Guillermo Anselmo Vezzosi
Guillermo Anselmo Vezzosi nació el 25 de enero de 1984 en la ciudad de Santa Fe. Realizó sus estudios universitarios en la FADU-UNL, donde se egresó en el año 2011 con el título de Arquitecto. Durante el transcurso de los años 2009 y 2010, participó de un seminario de análisis de obra con Luis Felipe Noé. Asistió al Seminario de Arte Textil Fibras Metálicas dictado por la artista Andrea Cavagnaro. Participó de diversos eventos de Arte en vivo en las Provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes, destacándose la intervención en colectivos en la ciudad de Curuzú Cuatiá. Participó de diversas exposiciones individuales y colectivas, exponiendo en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, San Juan y Santa Fe. Ha sido seleccionado para la beca Clínicas para Aristas Visuales de Santa Fe a cargo de Rodrigo Alonso. Formó parte del Proyecto La Línea Piensa, Muestra 64: Fragmentos de un espacio sin tiempo (muestra individual de Guillermo Vezzosi en el C. C. Borges en la Ciudad Autónoma de Bs. As. Junio-Julio 2013). Ha sido seleccionado para formar parte de PERTENENCIA SANTA FE, exposición colectiva de artistas de la Provincia de Santa Fe en la Casa de la Cultura del Fondo Nacional de las Artes (octubre-noviembre 2012) Formó parte de “La línea piensa: nuevas latitudes” exponiendo en las ciudades de San Juan (2012) y Córdoba (2011). Participó del proyecto “Blanco sobre Blanco”, curador Marcelo Olmos, exponiendo en las ciudades de Santa Fe y Reconquista. Fue seleccionado y premiado en diversos salones a nivel nacional entre los que se destacó en el año 2011 Premio Adquisición disciplina dibujo 59º Salón Nacional Ciudad de Ceres, Primer Premio Adquisición Salón Nacional de Dibujo Museo Villa María, Córdoba, Premio LT10, Radio UNL, 88º SALON DE MAYO del MPBA, Rosa Galisteo de Rodríguez, disciplina dibujo.
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Sala II
DESMESURA de Mauro López
DESMESURA es una instalación fotográfica que ofrece una mirada sobre 'aquellos tiempos perdidos'. Veinticinco fotografías analógicas, 65x45cm, formato copias Lambda digital captan el momento exacto en el cual el ocio se convierte en un mundo sin límites. La idea es registrar ese espacio donde aparentemente nada sucede y nos modificamos continuamente. Esta instalación cuenta además con una banda sonora a cargo de Daniel Melero.
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CV Mauro López
Mauro López (1966), realizó seminarios de imagen y diseño con Jorge Gummier Maier (Centro Cultural Rojas) e Yves Zimmerman (Universidad de Palermo) y de fotografía con Ignacio Iasparra (Centro Cultural Rojas). Fue discípulo del fotógrafo Alejandro Kuropatwa entre los años 2000/2003. Desde 1996 forma parte de Pump Diseño. Los trabajos de su estudio fueron parte de la selección oficial del Festival de Arte Electrónico (1999, Museo Nacional de Bellas Artes), del 1er. Festival de Diseño y Comunicación Bs. As. 00 (2000, Centro Cultural Borges) y de la Bienal Letras Latinas (2004, Centro Cultural Recoleta). Además, fueron editados en publicaciones de la Argentina y del exterior como Tipográfica, Summa, Raygun (USA), Mute (just pictograms), Black Tipográfico (España) y Diseño Gráfico Latinoaméricano, editado por Taschen en 2008, entre otros. Realizó numerosas muestras individuales y colectivas tanto en Buenos Aires como el Interior del país. En 2012, edita Abrazo Vacío, libro con textos y fotografías propias.
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Sala III
DE NUESTRAS BOCAS SÓLO SALE LA VERDAD de Juan Miceli
DE NUESTRAS BOCAS SOLO SALE LA VERDAD es una instalación compuesta por videos, objetos, esculturas y dibujos de Juan Miceli concebida para la sala 3 de la Fundación Lebensohn, en la que el artista insiste en dinamitar los límites entre las disciplinas. Así propone re-fundar su obra como arte-vida, violentar una vez más sus propios materiales y apoderarse de ciertas reliquias de poder de una arquitectura que irrumpirá por las bocas luego de haber ascendido desde las profundidades.
Texto curatorial :: Dr. Claudio Ongaro Haelterman
De nuestras Bocas sólo Sale la Verdad
Dr. Claudio Ongaro Haelterman
Si la escritura es habitar el mundo, escribir un texto para la obra de Juan Miceli es abandonar toda teoría y adentrarse en aquello que genera discurso, en un borde lábil e indistinguible entre la imagen, la materia y aquello que transporta, produciendo el acontecimiento de otro.
De nuestras Bocas sólo sale la Verdad: una marca del nombre que enciende fantasías cosmológicas y sueños astrales. Pero también toxicidades aéreas, peligros de lluvias ácidas y futuros nublados. Trazos que se encuentran en el trabajo de Juan Miceli, autor que ostenta un estilo hecho de misterio, inquietud, belleza que nace allí donde uno no la espera, insospechadamente sorprendente al límite del aturdimiento. Hechos, olfato, contacto: formas de oscura luminosidad acarician y quiebran, acarician y golpean quebrando y usurpando toda materialidad. Maderas, huesos, piedras y plásticos violentados sutilmente con la brillantez de encajes y cristales. Un todo, aparentemente negro, declinado en las tonalidades de una naturaleza evocativa y simbólica como el no-color que absorbe a todos los otros, como concentración máxima de las contradicciones, una coincidentia oppositorum que une deseo y repulsión, horror y maravilla, miedos y tentaciones, belleza y terror. Sensaciones éstas, que habitan el ofrecimiento de la posibilidad de salida en la oscuridad más íntima. La atracción del abismo. Aturdimiento de imagenes revestidas que saben de nubes amenazantes y delirios.
Juan Miceli nos habla sin una sola narración, de aquellas reliquias de poder, de los vestigios cual arqueología de un mundo cuya población tiene la forma de la naturaleza humana misma y se presta a regenerarse en el mismo acto de su propia destrucción y anonadamiento. Celebra en tejidos de cobres e hilvanes, perlas y dientes, arenas y encajes y cajas cual relicario, trofeos y pespuntes, dobles y dobladillos: un arte de texturas que no viste cuerpos sino que genera cuerpo dando vida a una materialidad animada por la negación de su propia naturaleza intrínseca… Y niega doblemente. Doble negación que afirma el estertor de lo divino que aflora y aúlla. Doble negación que afirma el poder de reconstrucción de la carne: una potencia inconmensurable que transmuta las tensiones raigales de Vida-Muerte, Ser-Estar, Eros-Thanatos, en construcciones con firmeza de catedrales.
De nuestras Bocas sólo Sale la Verdad se anuncia por medio del ritual, la vestimenta, los líquidos y lo orgánico que pujan como vida que desea ser, construyendo un himno que destina al barro, al hueso o al vegetal, a la máscara, afirmando que crear el mundo es en verdad otorgarle y robarle sentido al mismo tiempo.
Sometido a tensiones estructurales, ante el detalle del ornamento, las incrustaciones cristalinas y brillantes que enceguecen o un eslabón que no encadena sino que libera, lo humano se muestra como un campo de batalla en el que vida y muerte, se disputan los trofeos, en dibujos encarnados que asimilan la insoluble penuria enmascarada de alimento y donde cada cual tiene su esfinge interior dispuesto a precipitarlo en el abismo si no acierta a dar con lo humano a despecho de la finitud.
El lenguaje estético sugiere el revés de la trama, no de la parte sino del todo: lo tribal en ensambles de materiales ficticiamente forzados en el exabrupto delicado y su armonía escindida. Introducidos en el proceso ritual como obra, como videos en aguas negras que mencionan aquel movimiento que desde la interioridad de lo corpóreo hacen emerger todo lo que fluye y lo que emana y al mismo tiempo todo aquello que fagocita. Pero dicha operación es apertura del juego del mundo y éste es el advenimiento de la salud, que en la etimología latina traiciona su enlace secreto con el valor, marcando su diferencia con la quietud y la fijeza de la en-fermedad.
Lo bello no es más que el comienzo de lo terrible que todavía no soportamos y admiramos tanto, porque, sereno, desdeña destrozarnos. Todo ángel es terrible. Todo ángel es terrible. Todo ángel es terrible.
Sus totems-menires, cetros y máscaras irrumpen por medio del mundo instaurado por lo real, allí donde repercuten todavía todas las vibraciones del deseo y el misterio de lo sagrado. La aparición de lo abisal es siempre un presagio salvífico de la fundación de un reino en una suerte de apocalipsis de la tierra y el cielo renovados. El lenguaje mítico-ritual tiene carácter celebratorio y no hay fragmento que pueda evadirse de su ebriedad. Por eso la verdad sólo estalla en la exageración trasgresora de las prisiones de una imagen que envuelve en su transparencia las vísceras profundas de una piel frágil y acorazada al mismo tiempo. La exageración abarca lo verdadero.
Mira las imagenes a través de ramas, mallas, encajes y sus amalgamas, ve desfilar sus oscuras progenies hasta el final de su propia palabra por medio de hojas de palma vestidas para fiesta, incrustaciones óseas y supuestos accesorios imperativos. Comprometido en una metamorfosis esencial a través de la materia figurada, cierra la herida de las relaciones vinculares entre Eros y Ethos, convirtiéndonos en nuestro propio daimon, para sumergirnos sin atenuantes en lo que verdaderamente somos: un amorfo signo corpóreo a interpretar. Porque no hay pasaje de la naturaleza a la cultura, no hay síntesis en una máscara jánica que se revela como ambivalente; singular o plural es, ya sea mediación de la verdad que torna a ésta soportable o reduplicación de la escisión primera y señal de desplazamiento.
Entre–textura del hilo de la reminiscencia y las fulguraciones de las señales del génesis. Una laboriosa recuperación de lo ya sufrido. Una predicción que anticipa el pasado, como él mismo declara. Un movimiento que con-voca a la reunión–disgresión ante la exposición de la voracidad. Ambos movimientos, el teleológico y el arqueológico se cruzan en su obra como único entramado: lo Absoluto y su vínculo con lo humano, deparando el gozo de la víspera que anticipa el deseo de lo común y el poder como posibilidad.
El trastocamiento en Juan Miceli es total: el solipsismo se convierte en vínculo pleno, allí donde creemos alejarnos.
Juan Miceli: no hay pasaje de la naturaleza a la cultura sino transhumancia de una arqueología del saber a una arquitectura corporal.
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CV Juan Miceli
Juan Miceli (1971) - de formación artística autodidacta- estudió la carrera de Diseño de Indumentaria en la Universidad de Buenos Aires donde ejerció la docencia durante algunos años. Actualmente, se desempeña como director de arte y/o vestuarista de cine publicitario y largometrajes, trabajando con directores como Lance Accord, Tony Kaye, Mark Mylod, Pablo Fusco, Joaquín Cambre, Andy Fogwill, Patrik Bergh, Tina Bull, Nicolás Kasakoff, Sebastián Alfie, Julian “Little X” Lutz, Anders Hallsberg, Sergio Bizzio, entre muchos otros. A lo largo de su trayectoria, presentó varias muestras individuales y participó de diferentes exposiciones colectivas tanto en Argentina como en el exterior. En 2012, participó del II Festival Internacional de Videoarte llevado a cabo en la Biblioteca Nacional. Fue seleccionado para las Becas Nacionales (2012) del Fondo Nacional de las Artes y la Beca ABC (2013). En 2014, fue seleccionado e invitado por Expressiones Cultural Center a la residencia para artistas latinoamericanos abril/junio 2014 en New London, Connecticut, EEUU.
28/03/2014 - 25/04/2014
FUNDACIÓN LEBENSOHN
Gral. Hornos 238, Ciudad de Buenos Aires
VESTIGIO de Guillermo Anselmo Vezzosi; DESMESURA de Mauro López y DE NUESTRAS BOCAS SÓLO SALE LA VERDAD de Juan Miceli
Inauguración: viernes 28 de marzo, 19hs.
Horario: lunes a viernes de 14 a 19 hs/miércoles de 14 a 18 hs.
Entrada libre y gratuita.
Sala I
VESTIGIO de Guillermo Anselmo Vezzosi
Partiendo desde el centro de la sala, la obra se ramifica en varias direcciones expandiéndose a diferentes alturas. El color es su característica principal.
El tejido buscará generar recorridos en su interior para que el espectador pueda relacionarse directamente con la obra.
La obra se encuentra colgada por medio de tanza (nylon transparente). El material con el que el artista trabaja hace posible que el peso de la obra no sea un aspecto que dificulte su instalación.
Texto curatorial :: Marcelo Olmos
“Guillermo Vezzosi es arquitecto, y desde los orígenes de su formación la línea ha sido casi una obsesión, un juego, excusa para armar y desarmar, para búsquedas y partidas. Cuando fatigó el plano con sus intrincados laberintos de líneas en grafito, asumió el color y casi la apariencia de un relieve geomorfológico cubrió el plano. Laberintos complejos llenaron las posibilidades de lo bidimensional. No fue suficiente. Ahora para Vezzosi la línea debía jugar en el espacio, desprenderse de la bidimensión y avanzar. Vinieron entonces otras obras, cambiantes, que extendían sus líneas y se entrelazaban buscando despegar del muro, sumar espacio, crecer con colores, con nuevas posibilidades de materialidad. El resultado es una obra en constante mutación, que dialoga con el espacio y cambia, se adapta, lo incorpora. Y la simple línea ya no solo entrelaza, ahora se trasforma en un tejido que cubre, dialoga y equilibra el espacio donde se instala. Vezzosi ahora establece otros puentes y suma nuevas propuestas, para los que necesita ir agregando a su obra el lugar disponible, el espacio donde se instala y allí se transforma en el proceso del montaje.
Con orgánica calma, la obra de Vezzosi se propone no ser estática, quiere ser diferente en cada lugar donde esté presente y para ello adapta, suma, teje, propone, situaciones que cambian en cada lugar, en cada fecha nueva y en cada ciudad donde llega.
Y si hay algo que no posee, es dejar indiferente al observador, porque este tejido mutante llama, invita y suma las expectativas de sus visitantes, los invita y los roza estableciendo contacto, mostrando posibilidades, permitiendo que cada uno pueda en sus propias visiones medir la obra e interpretarla a su manera”.
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CV Guillermo Anselmo Vezzosi
Guillermo Anselmo Vezzosi nació el 25 de enero de 1984 en la ciudad de Santa Fe. Realizó sus estudios universitarios en la FADU-UNL, donde se egresó en el año 2011 con el título de Arquitecto. Durante el transcurso de los años 2009 y 2010, participó de un seminario de análisis de obra con Luis Felipe Noé. Asistió al Seminario de Arte Textil Fibras Metálicas dictado por la artista Andrea Cavagnaro. Participó de diversos eventos de Arte en vivo en las Provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes, destacándose la intervención en colectivos en la ciudad de Curuzú Cuatiá. Participó de diversas exposiciones individuales y colectivas, exponiendo en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, San Juan y Santa Fe. Ha sido seleccionado para la beca Clínicas para Aristas Visuales de Santa Fe a cargo de Rodrigo Alonso. Formó parte del Proyecto La Línea Piensa, Muestra 64: Fragmentos de un espacio sin tiempo (muestra individual de Guillermo Vezzosi en el C. C. Borges en la Ciudad Autónoma de Bs. As. Junio-Julio 2013). Ha sido seleccionado para formar parte de PERTENENCIA SANTA FE, exposición colectiva de artistas de la Provincia de Santa Fe en la Casa de la Cultura del Fondo Nacional de las Artes (octubre-noviembre 2012) Formó parte de “La línea piensa: nuevas latitudes” exponiendo en las ciudades de San Juan (2012) y Córdoba (2011). Participó del proyecto “Blanco sobre Blanco”, curador Marcelo Olmos, exponiendo en las ciudades de Santa Fe y Reconquista. Fue seleccionado y premiado en diversos salones a nivel nacional entre los que se destacó en el año 2011 Premio Adquisición disciplina dibujo 59º Salón Nacional Ciudad de Ceres, Primer Premio Adquisición Salón Nacional de Dibujo Museo Villa María, Córdoba, Premio LT10, Radio UNL, 88º SALON DE MAYO del MPBA, Rosa Galisteo de Rodríguez, disciplina dibujo.
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Sala II
DESMESURA de Mauro López
DESMESURA es una instalación fotográfica que ofrece una mirada sobre 'aquellos tiempos perdidos'. Veinticinco fotografías analógicas, 65x45cm, formato copias Lambda digital captan el momento exacto en el cual el ocio se convierte en un mundo sin límites. La idea es registrar ese espacio donde aparentemente nada sucede y nos modificamos continuamente. Esta instalación cuenta además con una banda sonora a cargo de Daniel Melero.
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CV Mauro López
Mauro López (1966), realizó seminarios de imagen y diseño con Jorge Gummier Maier (Centro Cultural Rojas) e Yves Zimmerman (Universidad de Palermo) y de fotografía con Ignacio Iasparra (Centro Cultural Rojas). Fue discípulo del fotógrafo Alejandro Kuropatwa entre los años 2000/2003. Desde 1996 forma parte de Pump Diseño. Los trabajos de su estudio fueron parte de la selección oficial del Festival de Arte Electrónico (1999, Museo Nacional de Bellas Artes), del 1er. Festival de Diseño y Comunicación Bs. As. 00 (2000, Centro Cultural Borges) y de la Bienal Letras Latinas (2004, Centro Cultural Recoleta). Además, fueron editados en publicaciones de la Argentina y del exterior como Tipográfica, Summa, Raygun (USA), Mute (just pictograms), Black Tipográfico (España) y Diseño Gráfico Latinoaméricano, editado por Taschen en 2008, entre otros. Realizó numerosas muestras individuales y colectivas tanto en Buenos Aires como el Interior del país. En 2012, edita Abrazo Vacío, libro con textos y fotografías propias.
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Sala III
DE NUESTRAS BOCAS SÓLO SALE LA VERDAD de Juan Miceli
DE NUESTRAS BOCAS SOLO SALE LA VERDAD es una instalación compuesta por videos, objetos, esculturas y dibujos de Juan Miceli concebida para la sala 3 de la Fundación Lebensohn, en la que el artista insiste en dinamitar los límites entre las disciplinas. Así propone re-fundar su obra como arte-vida, violentar una vez más sus propios materiales y apoderarse de ciertas reliquias de poder de una arquitectura que irrumpirá por las bocas luego de haber ascendido desde las profundidades.
Texto curatorial :: Dr. Claudio Ongaro Haelterman
De nuestras Bocas sólo Sale la Verdad
Dr. Claudio Ongaro Haelterman
Si la escritura es habitar el mundo, escribir un texto para la obra de Juan Miceli es abandonar toda teoría y adentrarse en aquello que genera discurso, en un borde lábil e indistinguible entre la imagen, la materia y aquello que transporta, produciendo el acontecimiento de otro.
De nuestras Bocas sólo sale la Verdad: una marca del nombre que enciende fantasías cosmológicas y sueños astrales. Pero también toxicidades aéreas, peligros de lluvias ácidas y futuros nublados. Trazos que se encuentran en el trabajo de Juan Miceli, autor que ostenta un estilo hecho de misterio, inquietud, belleza que nace allí donde uno no la espera, insospechadamente sorprendente al límite del aturdimiento. Hechos, olfato, contacto: formas de oscura luminosidad acarician y quiebran, acarician y golpean quebrando y usurpando toda materialidad. Maderas, huesos, piedras y plásticos violentados sutilmente con la brillantez de encajes y cristales. Un todo, aparentemente negro, declinado en las tonalidades de una naturaleza evocativa y simbólica como el no-color que absorbe a todos los otros, como concentración máxima de las contradicciones, una coincidentia oppositorum que une deseo y repulsión, horror y maravilla, miedos y tentaciones, belleza y terror. Sensaciones éstas, que habitan el ofrecimiento de la posibilidad de salida en la oscuridad más íntima. La atracción del abismo. Aturdimiento de imagenes revestidas que saben de nubes amenazantes y delirios.
Juan Miceli nos habla sin una sola narración, de aquellas reliquias de poder, de los vestigios cual arqueología de un mundo cuya población tiene la forma de la naturaleza humana misma y se presta a regenerarse en el mismo acto de su propia destrucción y anonadamiento. Celebra en tejidos de cobres e hilvanes, perlas y dientes, arenas y encajes y cajas cual relicario, trofeos y pespuntes, dobles y dobladillos: un arte de texturas que no viste cuerpos sino que genera cuerpo dando vida a una materialidad animada por la negación de su propia naturaleza intrínseca… Y niega doblemente. Doble negación que afirma el estertor de lo divino que aflora y aúlla. Doble negación que afirma el poder de reconstrucción de la carne: una potencia inconmensurable que transmuta las tensiones raigales de Vida-Muerte, Ser-Estar, Eros-Thanatos, en construcciones con firmeza de catedrales.
De nuestras Bocas sólo Sale la Verdad se anuncia por medio del ritual, la vestimenta, los líquidos y lo orgánico que pujan como vida que desea ser, construyendo un himno que destina al barro, al hueso o al vegetal, a la máscara, afirmando que crear el mundo es en verdad otorgarle y robarle sentido al mismo tiempo.
Sometido a tensiones estructurales, ante el detalle del ornamento, las incrustaciones cristalinas y brillantes que enceguecen o un eslabón que no encadena sino que libera, lo humano se muestra como un campo de batalla en el que vida y muerte, se disputan los trofeos, en dibujos encarnados que asimilan la insoluble penuria enmascarada de alimento y donde cada cual tiene su esfinge interior dispuesto a precipitarlo en el abismo si no acierta a dar con lo humano a despecho de la finitud.
El lenguaje estético sugiere el revés de la trama, no de la parte sino del todo: lo tribal en ensambles de materiales ficticiamente forzados en el exabrupto delicado y su armonía escindida. Introducidos en el proceso ritual como obra, como videos en aguas negras que mencionan aquel movimiento que desde la interioridad de lo corpóreo hacen emerger todo lo que fluye y lo que emana y al mismo tiempo todo aquello que fagocita. Pero dicha operación es apertura del juego del mundo y éste es el advenimiento de la salud, que en la etimología latina traiciona su enlace secreto con el valor, marcando su diferencia con la quietud y la fijeza de la en-fermedad.
Lo bello no es más que el comienzo de lo terrible que todavía no soportamos y admiramos tanto, porque, sereno, desdeña destrozarnos. Todo ángel es terrible. Todo ángel es terrible. Todo ángel es terrible.
Sus totems-menires, cetros y máscaras irrumpen por medio del mundo instaurado por lo real, allí donde repercuten todavía todas las vibraciones del deseo y el misterio de lo sagrado. La aparición de lo abisal es siempre un presagio salvífico de la fundación de un reino en una suerte de apocalipsis de la tierra y el cielo renovados. El lenguaje mítico-ritual tiene carácter celebratorio y no hay fragmento que pueda evadirse de su ebriedad. Por eso la verdad sólo estalla en la exageración trasgresora de las prisiones de una imagen que envuelve en su transparencia las vísceras profundas de una piel frágil y acorazada al mismo tiempo. La exageración abarca lo verdadero.
Mira las imagenes a través de ramas, mallas, encajes y sus amalgamas, ve desfilar sus oscuras progenies hasta el final de su propia palabra por medio de hojas de palma vestidas para fiesta, incrustaciones óseas y supuestos accesorios imperativos. Comprometido en una metamorfosis esencial a través de la materia figurada, cierra la herida de las relaciones vinculares entre Eros y Ethos, convirtiéndonos en nuestro propio daimon, para sumergirnos sin atenuantes en lo que verdaderamente somos: un amorfo signo corpóreo a interpretar. Porque no hay pasaje de la naturaleza a la cultura, no hay síntesis en una máscara jánica que se revela como ambivalente; singular o plural es, ya sea mediación de la verdad que torna a ésta soportable o reduplicación de la escisión primera y señal de desplazamiento.
Entre–textura del hilo de la reminiscencia y las fulguraciones de las señales del génesis. Una laboriosa recuperación de lo ya sufrido. Una predicción que anticipa el pasado, como él mismo declara. Un movimiento que con-voca a la reunión–disgresión ante la exposición de la voracidad. Ambos movimientos, el teleológico y el arqueológico se cruzan en su obra como único entramado: lo Absoluto y su vínculo con lo humano, deparando el gozo de la víspera que anticipa el deseo de lo común y el poder como posibilidad.
El trastocamiento en Juan Miceli es total: el solipsismo se convierte en vínculo pleno, allí donde creemos alejarnos.
Juan Miceli: no hay pasaje de la naturaleza a la cultura sino transhumancia de una arqueología del saber a una arquitectura corporal.
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CV Juan Miceli
Juan Miceli (1971) - de formación artística autodidacta- estudió la carrera de Diseño de Indumentaria en la Universidad de Buenos Aires donde ejerció la docencia durante algunos años. Actualmente, se desempeña como director de arte y/o vestuarista de cine publicitario y largometrajes, trabajando con directores como Lance Accord, Tony Kaye, Mark Mylod, Pablo Fusco, Joaquín Cambre, Andy Fogwill, Patrik Bergh, Tina Bull, Nicolás Kasakoff, Sebastián Alfie, Julian “Little X” Lutz, Anders Hallsberg, Sergio Bizzio, entre muchos otros. A lo largo de su trayectoria, presentó varias muestras individuales y participó de diferentes exposiciones colectivas tanto en Argentina como en el exterior. En 2012, participó del II Festival Internacional de Videoarte llevado a cabo en la Biblioteca Nacional. Fue seleccionado para las Becas Nacionales (2012) del Fondo Nacional de las Artes y la Beca ABC (2013). En 2014, fue seleccionado e invitado por Expressiones Cultural Center a la residencia para artistas latinoamericanos abril/junio 2014 en New London, Connecticut, EEUU.
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